Trastornos de las glándulas suprarrenales
Las glándulas suprarrenales son dos órganos con forma triangular que se encuentran encima de los riñones. Cada glándula pesa normalmente alrededor de 5 gramos (un poco menos que la quinta parte de una onza) y consta de dos partes: la corteza, o sección externa, es responsable de la producción de las hormonas cortisona, cortisol, aldosterone, androstenedione y dehydroepiandrosterone (DHEA). La médula, o sección central, segrega la hormona adrenalina (también llamada epinefrina) y norepinefrina, la cual opera tanto como hormona como neurotransmisora.
La adrenalina, el cortisol, la DHEA y la norepinefrina son las cuatro principales hormonas del organismo relacionadas con el estrés. La mayor parte de estas hormonas se segrega por la mañana y la cantidad más baja por la noche. El cortisol también está implicado en el metabolismo de los carbohidratos y la regulación del azúcar sanguíneo. La aldosterona ayuda a guardar el equilibrio corporal entre los electrolitos (sal) y el agua. La androstenedione y la DHEA son andrógenos, unas hormonas similares a la testosterona que pueden, además, transformarse en ella. La DHEA se ha publicitado como un remedio maravilloso contra el envejecimiento, pero se sabe muy poco sobre sus efectos sobre el organismo. A pesar de que está ampliamente disponible, su composición hormonal exige que se use con precaución, preferiblemente bajo supervisión médica. En este punto se desconocen las consecuencias del uso prolongado de la DHEA. La adrenalina acelera el ritmo metabólico y produce otros cambios fisiológicos diseñados para ayudar al organismo a manejar las situaciones de peligro. Se crea cuando el cuerpo se encuentra en situaciones de estrés. En circunstancias estresantes, el cuerpo libera grandes cantidades de cortisol, y esto puede dar lugar a diversos problemas de salud.
Entre los trastornos directamente relacionados con las glándulas suprarrenales se encuentra la disminución de la función suprarrenal, normalmente denominada reserva suprarrenal baja. Las glándulas suprarrenales siguen produciendo hormonas para mantener la salud en un nivel normal pero las situaciones de estrés aumentan la exigencia de hormonas que las glándulas suprarrenales disminuidas son incapaces de generar, lo que provoca una variedad de trastornos, desde la mera fatiga al colapso total. Entre los síntomas de la disminución de la función suprarrenal están la debilidad, el letargo, la fatiga, las infecciones recurrentes, los mareos, bajada de la presión arterial al levantarse, dolores de cabeza, problemas de memoria, antojos alimentarios, alergias y trastornos relacionados con el azúcar de la sangre.
Cuando la función de las glándulas suprarrenales es deficiente se pueden presentar los siguientes síntomas: debilidad, aletargamiento, vahídos, dolores de cabeza, problemas de memoria, antojos alimentarios, alergias y problemas de azúcar sanguíneo. Cuando el funcionamiento de la corteza adrenal está seriamente disminuido se puede desarrollar una alteración muy poco común llamada enfermedad de Addison. Entre los síntomas de esta enfermedad están fatiga, pérdida del apetito, vahídos o desmayos, náuseas, presión arterial baja, diarrea, depresión, antojos de comidas saladas, pérdida de vello corporal e incapacidad para afrontar el estrés. Otro síntoma común es sensación permanente de frío. El cambio anormal de coloración y el oscurecimiento de la piel también son frecuentes entre los pacientes de la enfermedad de Addison. El cambio anormal de coloración en las rodillas, los codos, las cicatrices, y los pliegues de la piel y de las manos es más notorio cuando estas partes del cuerpo se exponen al sol. La boca, la vagina y las pecas se pueden ver más oscuras. Esta enfermedad también se caracteriza por el desarrollo de bandas pigmentadas a lo largo de las uñas y por oscurecimiento del cabello. Este trastorno se refleja comúnmente en la llamada enfermedad autoinmune de Addison. Esto sucede cuando el sistema inmunológico ataca equivocadamente los tejidos de las glándulas suprarrenales y las destruye. Puede estar asociado a otras enfermedades autoinmunes que afectan otras glándulas endocrinas, siendo la más común de ellas el hipotiroidismo (funcionamiento lento de la tiroides).
La enfermedad de Addison en conjunción con el hipotiroidismo se llama síndrome de Schmidt. Menos comúnmente, la enfermedad de Addison se observa junto con la diabetes mellitus (insulinodependiente), otra enfermedad autoinmune, o insuficiencias en las glándulas paratiroides y/o gónadas, así como con la anemia perniciosa. La enfermedad de Addison es una alteración crónica que requiere tratamiento de por vida. Afortunadamente, las personas que la sufren pueden tener una expectativa de vida normal si toman la medicación adecuada prescrita por un endocrinólogo (especialista en enfermedades hormonales). El síndrome de Cushing es una enfermedad muy poco frecuente cuya causa es la producción excesiva de cortisol o el uso excesivo de cortisol o de hormonas glucocorticoides (esteroides) similares. Las personas que padecen de este síndrome adquieren una apariencia característica. Suelen tener estómago y glúteos grandes y piésados, extremidades muy delgadas y rostro bastante redondeado. Otras características del síndrome de Cushing son debilidad en los músculos, pérdida de masa muscular, párpados hinchados y marcas rojas y redondeadas parecidas a acné en la cara. Es común el aumento de vello corporal, y a las mujeres les puede salir bigote y barba.
Los pacientes del síndrome de Cushing suelen ser más susceptibles a las enfermedades y se curan con dificultad. El adelgazamiento de la piel que produce este trastorno suele facilitar el desarrollo de estrías y de contusiones. Otros síntomas son fatiga, cambios en el estado de ánimo, depresión, sed y micción crecientes y, en las mujeres, ausencia del periodo menstrual. Si no se trata, el síndrome de Cushing puede llegar a causar debilidad muscular extrema, problemas para la curación de las heridas cutáneas, debilidad de los huesos resultando en osteoporosis y una elevada susceptibilidad a infecciones graves como la neumonía y la tuberculosis.
Los problemas suprarrenales que surgen tarde en la vida pueden deberse a la herencia. Además, los carbohidratos refinados como el azúcar y la harina blanca deprimen muchos de los nutrientes requeridos para el refuerzo suprarrenal, especialmente las vitaminas B. La deficiencia de enzimas suprarrenales, el espasmo vascular, la degeneración, el trauma y las deficiencias nutricionales, la enfermedad de la pituitaria, la tuberculosis, los ataques químicos tóxicos y la exposición a campos electromagnéticos puede afectar a las glándulas suprarrenales. Otros agentes sospechosos son el chlorine orgánico y los carbonatos. La dioxina y los fire ant poisons son agentes conocidos. Otras sustancias que pueden tener repercusión son el tabaco, las drogas ilegales, los metales pesados, el café, el azúcar, los pesticidas, herbicidas y fungicidas. Las terapias prolongadas con cortisona para enfermedades no endocrinas, como artritis y asma, suelen alterar el funcionamiento de las glándulas suprarrenales. El uso prolongado de medicamentos con cortisona hace que las glándulas suprarrenales se achiquen, lo que puede producir la apariencia física que es característica del síndrome de Cushing.
Selftest de funcionamiento adrenal
La presión sanguínea sistólica (el primer número que se obtiene al medir la presión sanguínea; por ejemplo, 120/80) suele ser alrededor de diez puntos más alta cuando la persona está de pie que cuando está acostada. Sin embargo, cuando las glándulas suprarrenales no funcionan adecuadamente esto podría no ser así.
Tómese la presión arterial dos veces: la primera vez estando acostado y la segunda estando parado. Luego compare las lecturas. Primero, acuéstese y repose durante cinco minutos. Luego tómese la presión arterial. A continuación párese y vuélvase a tomar inmediatamente la presión arterial. Si la lectura es más baja después de pararse, es válido sospechar que hay alguna deficiencia en el funcionamiento de las glándulas suprarrenales. El descenso de la presión arterial al pararse suele ser proporcional al grado de insuficiencia adrenal.
Hierbas
- La hierba astragalus mejora el funcionamiento de las glándulas suprarrenales y sirve para reducir el estrés.
Advertencia: No tome esta hierba cuando tenga fiebre. - Utilizar echinacea puede aumentar la producción de los glóbulos blancos de la sangre y proteger a los tejidos contra las invasiones bacterianas.
Advertencia: No tomar echinacea si se sufre de un trastorno autoinmune. - El extracto de cardo mariano ayuda a la función hepática, lo que a su vez contribuye al buen funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
- Hierbas calmantes como la kava kava, hierba de San Juan y valeriana son buenas para reducir el estrés.
- El ginseng siberiano ayuda a las glándulas suprarrenales a preparar al organismo para afrontar situaciones de estrés. La mejor dosis es de 1 o 2 gramos (1.000 a 2.000 miligramos) por día tomados en dosis divididas. Use un curso de noventa días para el gingseng alternando con derivados del licorice.
Advertencia: No utilice esta hierba si sufre de hipoglicemia, hipertensión arterial o algún problema cardíaco. - La ashwagandha (Withania somnifera), también conocida como cherry (cereza), puede ser útil.
Recomendaciones
- Consuma abundantes frutas y vegetales frescos, en particular vegetales hojosos de color verde. Otros alimentos sanos que debe incluir en su dieta son brewer's yeast, arroz integral, legumbres, nueces, aceites de oliva y de cártamo, semillas, germen de trigo y granos enteros.
- Consuma pescado de aguas oceánicas profundas, salmón o atún por lo menos tres veces a la semana.
- Incluya en su dieta ajo, cebolla, hongos shiitake y pearl barley. Estos alimentos contienen germanio, un poderoso estimulante del sistema inmunológico.
- Evite el alcohol, la cafeína y el tabaco. Estas sustancias son altamente tóxicas para varias glándulas, entre ellas las suprarrenales.
- Aléjese de las grasas, los alimentos fritos, el jamón, el cerdo, los alimentos altamente procesados, las carnes rojas, las sodas, el azúcar y la harina blanca. Estos alimentos les imponen un gran esfuerzo a las glándulas suprarrenales.
- Haga ejercicio con regularidad y con moderación. El ejercicio estimula las glándulas suprarrenales y ayuda a aliviar el estrés.
- En lo posible, evite el estrés. El estrés continuo y prolongado, como el que producen las relaciones conflictivas de pareja, los problemas laborales, las enfermedades, la baja autoestima y la soledad, es perjudicial para las glándulas suprarrenales. Tome medidas tendientes a solucionar los problemas que le ocasionan estrés..
Aspectos para tener en cuenta
- Los pacientes de la enfermedad de Addison debe tomar drogas prescritas por un médico y deben prestarle especial atención a su dieta. Es conveniente que tomen suplementos nutricionales.
- El tratamiento de los casos de exceso de cortisona exige gestionar el exceso de azúcar sanguíneo por medio de la dieta y medicamentos, la sustitución del potasio, el tratamiento de la hipertensión y el tratamiento a tiempo de las infecciones, una ingesta adecuada de calcio y el ajuste apropiado de las dosis de esteroides cuando se prescriban en caso de enfermedad aguda, cirugía o trauma.
- La hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que la glándula pituitaria libera en situaciones de estrés, desencadena una secuencia de reacciones bioquímicas que se traducen en la activación de sustancias que elevan la presión arterial. La presencia de esta hormona propicia la retención de sodio y la excreción de potasio. Como consecuencia de este proceso, el estrés no sólo les exige un gran esfuerzo a las glándulas suprarrenales, sino que también puede hacer que el organismo retenga líqiiido. Esto puede conducir a la hipertensión.
- El estrés sostenido es el factor más importante en la "extenuación adrenal", entre cuyas manifestaciones están deficiencia inmunológica y enfermedades degenerativas. Recibir ayuda profesional para manejar la rabia y la furia, así como para responder a situaciones psicológicas o espirituales ayudará a rebajar el nivel de cortisol. Se debe probar cualquier actividad que conlleve una reducción de los niveles de estrés.
- Reduzca el consumo de cafeína y alcohol, así como el de grasas, sal y azúcar.